(oh lala)
Y heme aquí, volví. Ayuy, que lindo que es paris. No existen casas por ahi, solo grande edificaciones a la vista del mismo color y sin flores en los balcones. Las calles son angostas y más las veredas, y vas caminando y vas viendo autos y no ves ni uno que sea viejo y te van comiendo en espacio para pasar, todos con sus 0 km y sus patentes con tres numeros tres letras seguido de dos numeros más.
Cerca del Operá hay un monton de tienditas en las avenidas principales que terminan al fondo con el gran shopping Lafayette, qué es lo mismo que un super mega falabella de cinco pisos con las marcas mas`prestigiosas´. En las calles de su alrededor hay miles de cafes y en las mesas que estan servidas afuera la gente se sienta de espalda al comercio y absolutamente todos mirando a la calle, como si la gente que pasara estuviera haciendo un espectaculo y ellos fueran el publico sentados en sus pequeñas mesitas redondas. Alrededor de las seis y más temprano también, los bares se llenan y comienza el `after´de todos los que salen de esa hora de trabajar, todos con una cerveza en la mano estes sentado o parado. El super cierra a las ocho, como más tardar el jueves a las diez y media, lo mismo con Lafayette y el otro shopping Primtemps. En el macdonald´s no hay cajita feliz y los combos no son lo mismo que hay en Argentina, lo más parecido a un Cuarto de Libra con queso en un Royal cheese y le tenés que sacar el pepino para que tenga un sabor similar.
A todas las personas que les hablé, les meché inglés con francés y terminé en español. Parecia que al primer `Bonjour´que les metía sabian que era turista y me seguian hablando en inglés, pero siempre habia un sudaca en todas partes o alguien que al sentir un `Argentina´ ya te miraba y sonreía con un `Dieguito... Maradona!´ y otros más. Es increíble la cantidad de gente linda que pude encontrar, te empachas de la variedad de ojos claros que hay.