Y hasta que no me saque la pereza de
destapar mi vergüenza, todo se acompleja. Tengo un mensaje para leer, y para que lo puedas entender, hace falta que sepas que te aprendí a querer. Te voy a llamar para gritar que además
que me gustas (te estoy empezando a amar
) Y cuando me hago auto-mal, salgo a decir que te voy a odiar (pero es todo mentira) es hasta que me sienta tranquila. Y
me haces tanto bien que no lo quiero pintar en el cielo por miedo de lluvia, nieve o granizo lo pueda
borrar y así
olvidar. Y es ahora cuando
no me pongo a pensar que es lo que puede llegar a pasar, porque
no me importa mientras tenga el simple hecho de saber que todo va a estar igual de bien, y que si vamos a cambiar va a ser para
mejor y
no para
peor. Pero buen, que se yo, si hago un panorama general desde la primera vez que me empezaste a interesar las mezclas de pensamientos que tuve fueron infinitas, sin contar lo que fue sentirlas. Esto no es una despedida ni una bienvenida a una nueva situación ya que lo que pueda llegar a llevar me tiene sin noción, pero es mi manera de expresar todo lo que me llegaste a importar (que es para asombrar). Tengo
la revolución de sensaciones que me provocan el enredo de explicaciones,
aunque creo que la culpable es mi falta de coraje. Pero voy a lidiar con este proceso de superación de metas,
voy a dejar de sentir con la cabeza. Despedí mi burbuja de dudas y desvaneciendo se me va mi intimidad pública.
¿Qué más puedo llegar a pedir
? Me siento
f e l i z, y me voy a acordar que si alguna vez voy a sufrir no me voy a arrepentir porque lo que siento
hoy vale por dos.