Cualquiera comete errores, pero parece que hoy los mios son los peores, pesan el doble. Me instale en mi refugio de inestabilidad donde predomina la inseguridad. Nadie me persigue pero sigo corriendo chocándome con las paredes y dándome cuenta que tonta puedo llegar a ser, a veces. Sigo corriendo, hasta que no me desmaye y caiga en realidad...
(Continuará)