Presa del malhumor y un poco cautiva de confusión, hoy salí a matar. Maté con placer a esa nebulosa que no sabia que hacer. Increpé todo el día tus fantasmitas insanos y al fin y al cabo los descuartizé en cien mil pedazos. Degollé tus putos recuerdos y aislé la razón de que la culpa la podés tener vos. Y a menos que esa cuestión vuelva a aparecer, ahora se va a desvanecer. Porque sin sueño a mi no me va a mantener.
Y he aquí la parte en la que empieza denuevo el ciclo. En la que no figura el olvido, y en la que por ahi de esas grandes casualidades los celos toman protagonismo. Este método de aceptación no es efectivo.